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sábado, 22 de mayo de 2010

Entomología Cosmética

La República Dominicana tiene una larga tradición en la elaboración y comercialización de los mal llamados "productos milagro". Nosotros los continentales los llamamos así porque no tenemos ese laisez faire isleño que hace falta para comprender que la mitad del remedio está en el paciente que quiere mejorarse.

Y para ejemplos, bueno, el país es ubérrimo. Salta a la memoria el caso de la llamada mamajuana, un menjurje a base de diversos palos y, en algunos casos digámoslo, miembros de animales. Al que se le atribuyen muchas y muy variadas características, entre las que podemos mencionar combatir la fatiga, la cura de los vientos bajo el brazo, ser auxiliar en el trato de tumores, y restituir el vigor en los añosos caballeros.

Yo, en lo particular, no tengo nada en contra de estos remedios naturales. Es más todos los días me bebo un jugo de nopal antes del desayuno.

Pero si me pongo chivo -dícese del fulano que se toca la barbilla y, entrecerrando los ojos y con en ceño fruncido, da un paso hacia atrás, como dudando de lo que le están refiriendo- cuando un producto ofrece mil y un resultados diversos, como curar la alopecia, la hepatitis, la tuberculosis o el lupus. A saber:


Y, de nuevo, no es que yo desconfíe de los productos milagro, pero…. Carajo, ¿Semen de Hormiga? ¿Cuántas hormigas hay que… este, ejem, uhm,… “ordeñar” para sacar una ampolleta? ¿Cómo saber si es hormiga varón u hormiga hembra? Además de que está jodón agarrarlas al vuelo. Porque, sería bueno recordar que los zánganos de hormiga salen en tiempos de lluvia a hacer el vuelo nupcial. Y después las hormigas hembras los descuartizan. Y no vuelve a aparecer una hormiga varón en el hormiguero.

Una cosa hay que conceder... el tiguere es honesto cuando dice que el cabello perdido "lo recuperaras por arte de magia".
El mundo espera respuestas. Pero… creo que tendrán que esperar un poco más, porque Ramón no me contestó al celular.

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